Si te ronda la cabeza que quizás haya algún aspecto relacionado con tu autoestima que merezca la pena explorar seguramente estés en lo cierto.

Tendemos a dar por sentado que esto está bien así, o que en caso de no estarlo será algo pasajero que igual que ha venido se irá, así que no nos preocupamos mucho por ello. Sin embargo, generalmente supone un aspecto troncal que afecta a prácticamente todo lo que rodea nuestro buen funcionamiento, condicionando nuestro comportamiento, nuestros pensamientos, decisiones, sentimientos etc.

Es de hecho muy fácil confundir una autoestima sana puesto que, en muchos casos, cuando esta es débil, se activan múltiples mecanismos de defensa, conscientes e inconscientes que, en gran medida toman forma de sobrecompensaciones que pueden llegar a hacer que seamos percibidos, incluso por nosotros mismos, como individuos fuertes en esta materia.